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El ladrón de la calma es el pensamiento incontrolado, con sus apegos, aversiones, ofuscación y miedos.
En la medida en que la mente se va poniendo bajo control, la calma comienza a manifestarse. La verdadera tranquilidad también se fomenta con estados de compasión, afecto, generosidad. Para ello es importante la meditación en nuestro día a día para propiciar el sosiego del espíritu y la calma de la mente.
Aquí conjuntamente trabajaremos la naturaleza y ataduras de la mente, sus aliados, obstáculos, de cómo y qué métodos utilizar en la meditación.